Nuevas heces empaquetadas habitan las estanterías de tu mejor supermercado. Hez a la carbonara. Hez al curry. Hez a la parmesana. Hez molida. Harina, azúcar, mantequilla y mermelada de hez. Unta la mierda que hoy hayas cagado sobre una gran tostada de caca endurezida integral. Integral porque se palpan los grumos más duros de tus últimas comidas. Puedes mascar con empeño cada duro grumo y distinguir los distintos sabores que lo forman.
Las nuevas heces han llegado a tu supermercado. Prepara una comida familiar dónde tras un empacho de mierda acompañada por una sangría de diarrea de la bisabuela de la familia, vomitáis el esperma que os hayáis bebido la noche anterior. Litros de sabo vomitado, te cae un hilo de sabo de la lengua al suelo. Al ver que no caes lo absorbes para soltarlo otro día cuando cagues. Recuerda cagar en los moldes de hielo y meterlo en el congelador para hacer que la sangría coja un tono más fresco y juvenil.
Tras la comida familiar debéis desnudaros todos y cagaos en el pecho los unos a los otros. Si os saltáis este paso la digestión será más complicada. Mierda salpicando por toda vuestra casa. Lamed las sardinillas de caca que han quedado en el sofá tras sentaros desnudos. Disfrutad de la caca. Comed hez. Bañaros en mierda y vomitadla sobre vuestro bajo vientre. Que después alguien de confianza os lama esos restos de ahí, pero sin fines sexuales. Sed libres con la caca. Haya paz caquil.
Me he masturbado por el ano. Me he vuelto a meter los ñurzos cagados por el agujero. Qué gustirrinin. Ojala mi corrida fuese heces. Me correría en mi boca.
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